domingo, 19 de enero de 2014

El monje y la joya

"Un monje andariego se encontró, en uno de sus viajes, una piedra preciosa, y la guardó en su bolsa. Un día se encontró con un viajero y, al abrir su bolsa para compartir con él sus provisiones, el viajero vio la joya y se la pidió. El monje se la dio sin más. El viajero le dio las gracias y se marchó lleno de gozo con aquel regalo inesperado de la piedra preciosa que bastaría para darle riqueza y seguridad durante el resto de sus días. 

Sin embargo, pocos días después volvió en busca del monje mendicante, lo encontró, le devolvió la joya y le suplicó:

- Ahora te ruego que me des algo de mucho más valor que esta joya, valiosa como es. Dame, por favor, lo que te permitió dármela a mí."

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